Cuando notamos los síntomas  es que ya la tensión arterial está demasiado alta. La hipertensión, tratamiento natural.

La hipertensión.  Si observamos en nosotros: mareo, dificultad respiratoria, dolor de pecho, dolor de cabeza, palpitaciones, sangrado en la nariz, visión no clara… es que probablemente padecemos hipertensión elevada.

De todas formas, la única manera exacta de conocer nuestra tensión arterial es medirla con el aparato correspondiente. Las consecuencias de hipertensión prolongada pueden ser: fallos renales, lesiones en vasos sanguíneos,  daños en la retina, ataques al corazón,  fallo renal, ictus…

Por lo general es más peligroso sufrir de hipertensión que de hipotensión. Principalmente porque la hipotensión avisa, ya que sus síntomas son muy claros.

Como norma general, hay que ir a la causa de la hipertensión: hay casos en que la hipertensión no tiene explicación, se llama hipertensión esencial, no ligada a enfermedad o hábito pernicioso´ pero normalmente obedecerá a las siguientes causas:

1 tabaquismo 2 edad avanzada 3 enfermedades del riñón o corazón 4 sobrepeso 5 vida sedentaria 6 diabetes 7 consumo de alcohol 8 consumo de sal 9 estrés10 genética

Con métodos naturales podemos reducir la tensión a sus límites normales.

Muchas veces los remedios los tenemos a la vista y no les prestamos atención.

Remedio número 1: hojas de olivo. El olivo es tan sufrido y humilde que a veces nos olvidamos de lo complejo que es en su composición y lo beneficioso que es para la naturaleza y la humanidad.

Composición de las hojas de olivo:

En la hoja de olivo hay secoiridoides, además de taninos y flavonoides. Y entre los secoiridoides tenemos el oleuropeósido, con una acción vasodilatadora importante. No contenta con esto, la hoja de olivo, además de sus propiedades vasodilatadoras nos aporta propiedades hipoglucemiantes y reductoras del colesterol. Pero aún hay más: las hojas de olivo se pueden usar también para combatir cálculos biliares y fiebres elevadas…

Remedio número 2, ajo. (También se puede consumir en forma de perlas de ajo, sal de ajo, ajo macerado en aceite de oliva, en remojo, rallado en agua). Pero la mejor manera de consumirlo es al natural, rallado en pan tostado con aceite de oliva. En la cantidad que podamos ingerir sin notar molestias digestivas. Parece ser que el principio activo del ajo, que actúa sobre el corazón es la alicina. Como de costumbre, los remedios naturales no tienen un solo uso ya que el ajo se puede usar asimismo contra la diabetes, como antioxidante y además tiene efectos antibióticos sobre candidiasis, tricomoniasis, salmonela…

3 Agua, sí, la humilde y gratuita agua. En una bañera añadimos agua caliente, sobre 40 grados y esencia de azahar. Permanecemos en el interior hasta que notemos que el agua pierde su temperatura. Lo ideal es ir después a la cama a dormir, la tensión arterial baja notablemente.

4 Sol, otro elemento gratuito. Tomemos baños de sol en todo el cuerpo, el sol tiene propiedades vasodilatadoras periféricas, siempre que se tome de forma moderada, huyendo de las elevadas temperaturas en las horas centrales del día.

5 Ejercicio. No hablamos de gimnasios o deportes rudos, simplemente basta con caminar ligero, ir en bicicleta, subir escaleras, labores de jardinería, etc. la vida sedentaria es madre de la hipertensión

5 Limón, otro remedio “carísimo”. Tomemos varios al día, con un poco de agua y miel. Para evitar daños al esmalte dental usaremos pajita para ingerirlo.

6 Alimentación vegana u ovo-lacto-vegetariana. +INFORMACIÓN

7 Caldo de cebolla. Se hierven una o varias cebollas y tomamos el caldo resultante de su cocción, sin añadir sal. La acción hipotensora de la cebolla es sobre todo debido a su propiedad diurética

8 Plantas medicinales. Tales como ortigas, cola de caballo, diente de león.

Pongamos en práctica estos consejos, los resultados de los remedios naturales son, en ocasiones, milagrosos.

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